sábado, 2 de abril de 2016

Abril

Había una vez...
Normalmente así inicio los relatos, siempre me gustó sentirme como una cuenta cuentos clásica, pero esto no puede ser un cuento, porque yo no estuve ahí, porque sólo me lo platicaron, porque no me lo estoy inventando y porque no sé como inicia...
Sólo era una noche de abril, el segundo día del mes; ellos caminaban tomados de la mano en un bosque dentro de una ciudad, (en mi época eso es posible “un bosque dentro una ciudad”), no era un bosque tenebroso, mucho menos aterrador, pero ya era de noche, los faroles estaban encendidos pero sólo irradiaban una tenue luz, la luna no llegaba a llena, pero estaba a dos días de serlo; caminaban entonces sin prestar mucha atención a su entorno, él la vio primero, después de un movimiento entro los troncos de los árboles, entre algunos arbustos, después la escuchó, le dijo a su novia que prestara atención:
- Hey,  Yana, ¿puedes escuchar eso? acabo de ver algo también, es como un felino, o una ardilla, será?
Yana se puso en cuclillas, casi se hincó y con un movimiento suave con la mano le indico a la bestia que se acercara, eran maullidos, así que debía ser un gato.
-Es un gatito, seguramente tiene hambre, hay que ir por comida.- Yana le dijo a Louis, así que se pusieron en marcha para conseguir comida en una de las tiendas de autoservicio que se encontraban en la zona.
Aunque dudosos de reencontrar al gatito, compraron una lata de comida, un paté para gato.
Cuando regresaron ahí seguia el gatito, buscaron más gatos, por si tenía hermanos o una mamá cerca, pero no vieron ni escucharon a ningún otro gato.
Colocaron el patè frente al gatito que seguía maullando. El gatito tenía seguramente un mes de edad, estaba temeroso y nervioso. No comía aunque olía la comida. No hizo nada por evitar que Yana lo tomara y con uno de sus dedos, Yana le puso comida en la boca
-Creo que no sabe comer todavía,- fue lo que dijo, pero la enseñaron en ese momento a comer.
La revisaron para saber si era macho o hembra, -es hembra.- Louis le preguntó si la adoptaría, Yana no supo qué responder, optó por escribirle un mensaje de texto a su hermana preguntando su opinión, la cual no dudo en decir que sí la adoptaran. Se llevaron a la gatita, pensaron en un nombre y de inmediato surgió Abril, le gustó tanto su nombre que entono el camino a casa de las hermanas no dejó de maullar.
Sería su primer bebé, aprendería rápido y después de cinco semanas se mudarían, le presentarían a Mayo, pero esa es otra historia, por el momento el relato termina aquí, cuando Mel conoce a la adorable Abril y le dan una cariñosa y hogareña bienvenida a la que pronto sería su nueva familia.

Fin.. pero sólo por cinco semanas..